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Más de 6000 casos de personas desaparecidas sin resolver

Un total de 6.053 nombres engrosaba la lista de personas desaparecidas en España a fecha de 31 diciembre de 2017, según el último informe presentado por el Ministerio del Interior. De ellas el 37,5% (por encima de 2.200 individuos) correspondía a desapariciones de menores de edad. A día de hoy algunos casos ya se han solucionado. Otros necesitarán meses o años para cerrarse. En cualquier caso, la inmediatez de actuación de los propios familiares y amigos, así como la reconstrucción de los últimos pasos del desaparecido marcarán el mejor sendero para esclarecer los hechos. Por eso, la labor de los detectives privados especializados en desapariciones resulta de gran ayuda para complementar el trabajo de las autoridades y poner negro sobre blanco.

Personas desaparecidas españa

Las primeras 24 horas tras la desaparición son cruciales en todos los casos. Más allá de que puedan darse patrones similares, las circunstancias individuales obligan a considerar cada desaparición de manera particular para trazar la ruta de búsqueda más idónea. Ningún dato, por nimio que parezca, puede desecharse. Cualquier detalle (relaciones, lugares, comportamientos anteriores, reacciones…) puede llegar a ser más importante de lo que a simple vista parece. De ahí que la colaboración del entorno del desaparecido con las autoridades y los investigadores especializados en localizar a personas resulte fundamental para mover las pesquisas en la dirección correcta.

Dentro de sus tareas de investigación, los detectives privados utilizan su experiencia y medios disponibles para desarrollar las acciones transversales claves para localizar el paradero desconocido: análisis de los datos recopilados, recorrido de los lugares seleccionados, interrogatorio de posibles testigos, investigación en profundidad de la vida del desaparecido etc.

No hay que olvidar que en algunos casos las desapariciones se dan por voluntad propia (deudas, problemas familiares, depresión, mala racha…). Los detectives privados profundizan en la realidad de cada supuesto (desaparición voluntaria o involuntaria) para llegar al fondo del meollo incluso cuando los familiares o amigos ya no tienen esperanza.

Más de 146.000 denuncias por desapariciones

Los 6.053 casos de desapariciones activas o vigentes (sin resolución en la fecha contabilizada) representan un 4,14% del total de denuncias registradas, que se elevan hasta un total de 146.042 nombres (desde 2010). El 4,04% de los casos activos se considera de alto riesgo confirmado y no confirmado, mientras que el 96% desapariciones de riesgo limitado. De los más de 6.000 desaparecidos, casi un millar (el 16%) corresponde a menores fugados de un centro de acogida.

Los mayores números de denuncias registradas por provincias corresponden a Cádiz (1.517), Granada (655), Barcelona (362), Málaga (301) y Madrid (281). La mayoría de denuncias activas refieren a desapariciones de hombres.

 

Desapariciones más frecuentes en España

Los detectives privados como los de Detectib llevan a cabo diferentes búsquedas de localización de personas en España o en el extranjero. Entre ellas, destacan:

  • Localización de un familiar desaparecido: desde investigaciones sobre hijos que se escapan de casa hasta familiares desaparecidos con alzhéimer, casos de cónyuges por incumplimiento de la pensión alimenticia etc.
  • Localización de viejos amigos
  • Localización de personas herederas: normalmente herederos no directos que desconocen la última voluntad del finado.
  • Localización de deudores: personas morosas que deben grandes cantidades de dinero, por ejemplo.
  • Localización de personas por notificación judicial: la finalidad es aportar un domicilio real para hacer entrega de la notificación (el desaparecido no ha comunicado- consciente o inconscientemente- un cambio de residencia al juzgado).
  • Posibles secuestros: colaboración con las autoridades para esclarecer los hechos con la máxima celeridad posible.

Los detectives privados especializados en desapariciones son profesionales legitimados para llevar a cabo este tipo de investigaciones, siempre a expensas de una persona con interés legítimo en la búsqueda.

Conoce uno de nuestros casos reales de desaparición de un familiar: Buscando a Irene para entender mejor cómo trabajan los investigadores privados.

El detective familiar: un agente clave en la resolución de conflictos

El detective familiar es una figura especializada en investigación dentro del ámbito familiar, capaz tanto de hacer un seguimiento a adolescentes problemáticos como de resolver un caso de conflicto de posturas en un proceso de divorcio o de localizar a familiares con los que hace mucho tiempo que se ha perdido todo tipo de contacto. Su labor está muy vinculada a encontrar pruebas y borrar sospechas sobre ciertas cuestiones que puedan poner en peligro el equilibrio y armonía de un núcleo familiar, ya sea entre parejas con hijos que inician una separación poco amigable como entre miembros diferentes de la familia que quieren aclarar un tema de herencias.

Un papel, como se puede imaginar, complicado el de este tipo de profesionales ya que dentro de las esferas familiares no solo es difícil entrar sin despertar recelo sino que suelen ser muchos los agentes implicados en cada caso, con motivaciones muy diferentes y con lazos tan cercanos que crean situaciones a menudo embarazosas. En este escenario, el detective profesional debe saber lidiar con todas estas circunstancias y sacar adelante los datos necesarios y objetivos que pueda ayudar a todas las partes a aclarar cada caso.

Confiar en un detective para la investigación de asuntos familiares no es tampoco nada sencillo. Las dudas aparecen en el mismo momento en que uno se lo plantea y, de hecho, muchos de nuestros clientes reconocen que antes de tomar la decisión definitiva han pasado semanas e incluso meses. Abrirse cuesta y poner en manos de otra persona algo que a veces toca una parte muy íntima de uno mismo lo hace aún más duro. Sin embargo, tanto en el proceso como en el resultado, todos los clientes coinciden en que es mucho más fácil de lo que parece y que supone un antes y un después.

En este sentido, al agente dedicado al caso se le exige siempre extremar el cuidado en los pequeños detalles, ser escrupulosamente discreto y trabajar con prudencia anticipando todas las posibles situaciones. De ahí que nuestra recomendación sea confiar en investigadores profesionales, acreditados oficialmente y con el respaldo de una agencia con experiencia certificada detrás.

Concretamente, nuestro servicio de detective privado para casos de familia está centrado en la investigación de personas, cónyuges y familiares. Trabajamos habitualmente codo a codo con bufetes de abogados especializados en custodias, divorcios y negociación de separaciones y herencias. Y ofrecemos presupuestos especiales, ajustados a cada necesidad.

Detectib recibe formación en la investigación de desaparecidos

Conscientes de la importancia de la formación continua en las investigaciones de personas desaparecidas, los profesionales de la agencia de detectives privados en Mallorca Detectib -con sede también en Murcia y Barcelona- acudiremos los próximos días 22, 23 y 24 de septiembre a un curso de especialización sobre esta temática, organizado en Madrid por el Instituto de Probática e Investigación Criminal. El encuentro contará con importantes ponentes especialistas de la Guardia Civil, Policía Nacional, abogados, juristas, psicólogos y peritos en probática, lo que nos permitirá compartir experiencias y ahondar en la manera de proceder en los casos de localización de personas.

Así las cosas, las sesiones se enfocarán en proporcionar a los investigadores presentes una formación adecuada para ponderar las dificultades de los casos, conocer la mejor forma de hacer frente a los desafíos y profundizar en la necesidad de averiguar cómo se desarrolló el suceso, según indican los organizadores del curso.

En concreto, durante las tres jornadas, se analizará la metodología de las hipótesis en una desaparición y su repercusión en los medios de comunicación, teniendo en cuenta la tensión que este tipo de casos crea en los investigadores, en la instrucción y en la propia sociedad. Todo ello permitirá a los detectives privados de Detectib acceder a casos reales que han conmocionado a la sociedad en los últimos tiempos, tales como la desaparición de Aurora Mancebo, el caso Madeleine o el caso de Diana Quer.

Con este tipo de formaciones, los investigadores privados de Detectib damos un paso más en la especialización de nuestro equipo de profesionales, con el fin de mejorar la atención a nuestros clientes y alcanzar sus objetivos de la forma más eficaz en un entorno cada vez más competitivo.

Cabe recordar que la agencia cuenta con un servicio personalizado de detectives especializados en encontrar desaparecidos, personas huidas, familiares desconocidos…que realiza el seguimiento de las investigaciones con las máximas garantías de discreción y resultados. Contacta sin compromiso con nuestro departamento de localización de desaparecidos para que uno de nuestros expertos te informe de las posibilidades y pasos a seguir.

El camino para encontrar personas desaparecidas

Los casos de personas desaparecidas en España son mucho más frecuentes de lo que muchos creen. Las cifras hablan alto y claro y suman, al año, 16.000 nombres en una lista de desaparecidos que parece ser interminable. De ellos, unos 14.000 casos acaban quedando bajo el duro título de personas en paradero desconocido durante años, si no, para siempre.

Detrás de cada una de estas cifras, detrás de cada nombre, hay un drama familiar, decenas de desesperados que no dejan jamás de buscar. Para todos ellos, en detectib contamos con un departamento completo dedicado a asumir casos de personas desaparecidas en toda España. Afrontamos cada uno de ellos con la delicadeza y el cuidado que requieren cuestiones de este tipo pues, entre los desaparecidos, puede suele haber muchas personas mayores y niños.

El camino para encontrar a una persona desaparecida nunca suele ser el mismo. Las circunstancias son siempre muy personales y, aunque hay patrones que se repite y que sirven de base para desarrollar un dispositivo inicial de búsqueda, lo cierto es que no hay una receta concreta que nos lleve a andar la ruta correcta a la primera.

La búsqueda de una persona desaparecida puede durar días o, incluso, años. La paciencia, el esfuerzo colectivo (de agentes de investigación, fuerzas de seguridad del Estado y de la propia familia, amigos y conocidos) es vital. Poner en común cualquier dato, por insignificante que pueda parecer es clave. Trabajar esos datos, recorrer lugares una y otra vez, hablar con posibles testigos, investigar a fondo la vida de la persona cuyo paradero se desconoce -la vida que se ve a simple vista y esa que no siempre se sabe que existía-, investigar también a los que los rodeaban… Los informes pueden tener páginas infinitas de datos que no siempre sirven de mucho y, a veces, lo que puede parecer un detalle sin importancia es lo que realmente marca la pista más efectiva para seguir.

También es necesario tener en cuenta que mucho de los casos de personas desaparecidas lo son por propia voluntad del que se marcha. Una mala racha, deudas, problemas familiares, depresión… Puede haber mil razones, no siempre fácilmente comprensibles por aquellos que rodean al que toma la determinación de marcharse, y en ellas suele estar escrita la ruta a seguir. Una persona que quiere desaparecer es doblemente difícil de encontrar y los esfuerzos por parte de un investigador privado han de multiplicarse. Así como la paciencia de los que buscan.

Con el fin de dar un poco más de luz a esta realidad que no siempre se encuentra en los grandes titulares de la prensa, nuestro equipo ha preparado un breve vídeo informativo que os dejamos a continuación. Y, en el caso de que estéis ante una situación de este tipo, os invitamos a poneros en contacto con nosotros. Estamos a vuestro servicio.

Un caso de localización de personas: buscando a Irene

Un de nuestros últimos casos de localización de personas comienza con una llamada de una abogada de Madrid a las oficinas de detectib en Palma. Un cliente suyo al que llamaremos Andrés para salvaguardar su identidad, le ha solicitado que busque una agencia de detectives privados para ayudarle a encontrar a su hermana de madre de la que, por no saber, ni siquiera sabe el primer apellido.  La madre de su cliente se había separado de su marido, el padre de Andrés, cuando éste era pequeño y había rehecho su vida con otro hombre con el que tuvo una hija allá por los años 80. La mujer había confesado a su hijo que tenia una hermana y que un día le diría dónde poder encontrarla pero murió antes de poder confesarle el secreto.

Desde el momento de la muerte, Andrés y su abuelo emprendieron la búsqueda de la niña en todos aquellos lugares que consideraban que podía estar. Enviaron cartas a programas especializados de televisión, colocaron carteles en árboles y farolas de algunos pueblos y solicitaron a amigos de su madre y conocidos alguna información sobre la identidad y localización de la niña. Finalmente, averiguaron su nombre aunque aquí le llamaremos Irene por motivos obvios.

Tras años de búsqueda y con poca esperanza de conseguir resultados positivos, Andrés contactó con algunos detectives privados que rehusaron la investigación por encontrarla complicada ante los pocos datos que aportaba para la investigación.

En detectib nos ilusionan los retos y cuando la abogada nos llamó y nos contó la historia decidimos aceptarla aunque en ningún momento ocultamos que el porcentaje de éxito era de apenas un uno por ciento. La investigación se asignó a Victor y a mí y nos pusimos manos a la obra. Tan solo contábamos con el nombre de la chica, el segundo apellido y un abanico de años en los que podía haber nacido. Nada consistente, muy poco para empezar.

Clasificamos la documentación que nos aporto Andrés, cruzamos datos, buscamos información y así conseguimos una primera pista del lugar de nacimiento de Irene, pero a decir verdad era una pista muy flojita que hizo subir muy poco el termómetro del éxito. La pista nos llevó a un grupo de personas de nombre Irene y con el mismo segundo apellido que Andrés, es decir el de la madre de ambos. Y ahí empezó toda una ardua labor de investigación. Descartamos algunas candidatas por la fecha de nacimiento y nos quedamos con unas cuantas que podrían ser la Irene que buscábamos. Solicitamos pruebas documentales que nos pudieran poner en la buena pista y……¡bingo! una de ellas, concretamente una partida de nacimiento, correspondía a la hermana de Andrés. Su madre era la misma. Allí estaba el nombre y los dos apellidos de nuestro objetivo. También la fecha exacta de nacimiento. Ahora teníamos que averiguar si vivía o no y en caso afirmativo en que ciudad, en que domicilio. ¡¡Complicado!!

De nuevo manejamos cientos de datos; este sí, este no, este dudoso. Muchas horas cotejando hasta que la lista se redujo a 6 domicilios en diferentes ciudades. Empezamos por los que considerábamos mas probables porque eran más recientes, así que al día siguiente volábamos hasta Alicante para empezar la búsqueda, el verdadero trabajo de campo.

En el primer domicilio nos confirman que Irene habitó allí pero su propietaria nos dijo que hacía más de 2 años que no tenia idea de donde podíamos encontrarla. Los ánimos se resintieron pero ya os he contado que en detectib la ilusión viene dada por los retos y no hay tiempo para venirse abajo así que a  la mañana siguiente nos fuimos hasta el siguiente domicilio de la lista. Está en una urbanización de veraneantes pero en diciembre apenas hay nadie y además llovía y hacía viento. Para colmo de males, el trazado arquitectónico de la urbanización es tremendamente complicado y no logramos encontrar la dirección exacta. Mañana perdida. Durante la comida, hacemos decenas de llamadas a los compañeros del despacho. ¡Esto puede ir para largo!. Necesitamos algo más: un teléfono fijo, un móvil, un apartado de correos, un recibo de un gimnasio, que sé yo. ¡¡Lo que sea. No podemos pararnos aquí.!!!

Por la tarde, vuelta a buscar el domicilio pero solo encontramos casas deshabitadas y poco más. Decidimos irnos a descansar. No comentamos nuestro cansancio y desánimo pero está claro que los dos estamos preocupados ante la falta de resultados. En el hotel repasamos otra vez todos los datos de los que disponemos y nos conectamos a Internet, cada uno con un ordenador, buscando alguna pista, algún dato que nos vuelva a ilusionar pensando en que mañana conseguiremos el objetivo. A las tantas de la noche tenemos algo más; algunos números de teléfonos móviles que tendremos que comprobar dentro de unas horas, cuando aclare el día.

Después de desayunar, establecemos la estrategia del día y nos repartimos las tareas. Si no lo logramos hoy, la cosa se complicará. Hoy es día 5 de diciembre. Al día siguiente empieza el largo puente de la Constitución y todo se hará más difícil porque establecimientos y organismos públicos cierran sus puertas varios días y si necesitamos algo, será más complicado. Empezamos a llamar  a los números que tenemos y preguntamos por Irene. Tras varios intentos fallidos, la enésima llamada es positiva. ¡Sí, soy yo!, me contesta y no hace falta decir que noté como la adrenalina me secaba la boca en un instante. Intenté contener la emoción y los nervios y puse en marcha la segunda parte de la estrategia. Me hago pasar por un repartidor de paquetería que intento entregar un pedido a su nombre en otro domicilio pero no logro encontrar a nadie. Irene se extraña al principio pero después confía y me facilita el domicilio correcto. Hasta allí nos vamos y vuelta a llamar pero esta vez para intentar verla y por supuesto grabarla. Con argucias detectivescas, conseguimos el objetivo. Decenas de fotos y videos con teleobjetivo a una distancia prudencial inmortalizan el momento. ¡Lo hemos conseguido!

Pasado el puente de la Constitución me reuní con Andrés en el despacho de su abogada. Se presentó acompañado de su pareja y lo primero que le solté fue ¡Andrés, hemos localizado a su hermana! Su cara reflejó una normal desconfianza pero le cambió al presentarle la partida de nacimiento de Irene. Después se interesó. Se le ocurren cientos de preguntas: ¿Dónde vive? ¿Qué hace? ¿Cómo es?. Está un poco aturdido. No acaba de creérselo del todo.

Le entrego el informe, le enseño las fotos y el vídeo. Me despido de todos. ¡Suerte! ¡Por favor cuénteme el desenlace cuando pueda. Me gustaría saberlo!

Unos días después hablé con Andrés. Me cuenta el desenlace. No pudo resistir la tentación y ese mismo día llamó a su hermana. Le explicó quien era y posteriormente cogió el coche y condujo hasta Alicante para cenar con ella. Irene le devolverá la visita en los próximos días para pasar con Andrés y su familia las Navidades. Veintinueve años después tienen mucho que contarse.

P.D. Pedí permiso a Andrés para contar este caso, por supuesto salvaguardando identidades. A Irene la localizamos en la provincia de Alicante y aunque no he vuelto a hablar con ella desde el día en que me hice pasar por un repartidor de paquetería, intuyo que cuento con su aprobación en las mismas condiciones que su hermano. No podía dejar pasar la oportunidad de compartir con todos ustedes lo más hermoso y gratificante de nuestra profesión.

Juan Carlos Delgado