La contratación del servicio doméstico es siempre una cuestión un tanto delicada ya que, aunque se tengan buenas referencias de la persona en cuestión, no suele resultar fácil tener a un extraño dentro de tu casa.
Ya sea una persona que está a cargo de la limpieza, del mantenimiento de la vivienda o del cuidado de menores o ancianos, existe el riesgo de que estos empleados aprovechen las oportunidades en que no tienen supervisión para realizar hurtos o tratar de manera inadecuada a las personas a su cargo.
Los medios de comunicación se han hecho eco muchas veces de este tipo de situaciones en las que los trabajadores domésticos han abusado de la confianza que se ha depositado en ellos para obtener algún beneficio.
Más preocupante es todavía el caso de aquellos trabajadores que maltratan a las personas que tienen a su cargo y que, normalmente suelen ser más débiles al tratarse de niños, enfermos o ancianos.
Obviamente no siempre es el personal doméstico el responsable de la desaparición de objetos personales en un domicilio, pero cuando esto sucede o se tiene la sensación de que algo raro está pasando es fácil responsabilizar a estos trabajadores en primer término.
En caso de que los empleadores tengan dudas acerca de la fiabilidad de su personal, una de las medidas que pueden realizar es contratar a un detective privado para vigilar al servicio doméstico para que controle como está actuando en su ausencia.
Lo habitual es que el investigador privado instale cámaras ocultas en la vivienda para grabar al personal cuando está realizando su trabajo sin control por parte de los empleadores. De este modo, pueden saber cómo se comporta cuando está a solas, si su trato con los seres allegados es el correcto o, incluso, grabarle in fraganti en caso de que realmente se realice un hurto.