La historia de la humanidad está repleta de hechos lamentables y, sin duda, muchos de los acontecimientos ocurridos durante el franquismo figuran entre ellos. Para entonces era común arrebatar a los bebés de ciertas familias y reubicarlos en otras bajo el argumento de que serían más aptas para criarlos. La consecuencia fueron miles de adultos que desconocen sus orígenes. A ellos se les conoce como los «niños robados«.

Tras el deceso del dictador, surgieron miles de denuncias de parte de las familias de los niños robados. Muchos de los casos fueron cerrados debido a la falta de evidencia y la ausencia de registros presuntamente desaparecidos por antigüedad. Sin embargo, hoy en día muchas personas siguen buscando rastros de su identidad y luchan para que los culpables paguen. Estos datos vislumbran la magnitud del problema.

Ideología de género basada en el control y la represión de la “mujer republicana”

La sustracción ilegal de menores tuvo lugar en la era de posguerra, durante el régimen franquista. Este promovió una ideología de género que apuntaba al control y la represión de la «mujer republicana«. Dentro de este contexto, la única función que podían ejercer las mujeres era la maternidad, siempre con un enfoque de promoción de los «valores» de la época. Fue esto lo que dio lugar a la situación de niños robados.

Y es que el Programa al Servicio de España y del Niño Español, vigente entre 1939 y 1963, responsabilizaba a las mujeres de la mortalidad infantil. Las principales responsables eran las jóvenes, pobres, solteras o con relaciones fuera del matrimonio, e incluso aquellas que trabajaban. Los niños robados que aún hoy reclaman justicia provienen mayoritariamente de estos perfiles discriminados en aquella época.

Las cifras de niños robados estimadas

Los escenarios en que los niños robados eran apartados de sus madres eran diversos. Entre ellos, centros de beneficencia dirigidos por congregaciones religiosas, centros penitenciarios, hospitales, maternidades e incluso organismos del Estado. Las sustracciones eran ilegales y se basaban en manipulación en la mayoría de los casos, pero contaban con el apoyo de muchas instituciones.

Dado este carácter clandestino, es difícil saber a ciencia cierta la cantidad de niños robados durante el franquismo. Sin embargo, la Audiencia Nacional las estima en función de algunas cifras disponibles y coincidentes con los perfiles. Por ejemplo, las hijas e hijos de mujeres presas que quedaron bajo la tutela del Estado; entre 1944 y 1954, se registraron 30.960.

Asimismo, los 20.266 menores que fueron repatriados después de la guerra civil en 1949, según los datos del Servicio Exterior de la Falange. En muchos de estos casos ni siquiera hubo claridad respecto a si las víctimas pudieron regresar con sus familias. Por esta razón se les considera también parte de los niños robados de la España franquista.

El ‘modus operandi’

En cuanto a cómo ocurría la sustracción de bebés, el modus operandi era casi siempre el mismo. Las parejas unidas por matrimonio que no podían tener hijos se ponían en contacto con personas que pudieran ayudarlos a adoptar. Aunque, claro está, no había ni altruismo ni legalidad en los acuerdos. Concretaban el precio de la gestión y la forma de entrega en primer lugar; luego, consumaban el negocio.

Para reducir al máximo las sospechas, las parejas debían fingir que llevaban un embarazo a término. La mujer solía usar un cojín a nivel del abdomen y simular náuseas en presencia de otras personas para hacerles creer que era verídico. Incluso llegaban a simular un parto en el que las atendía una matrona que, además, falsificaría el certificado de nacimiento. Ella también recibía un pago.

De este modo, los padres adoptivos de los niños robados podían acudir al registro civil para documentar la existencia del o los bebés. Así podían tener constancia de que les pertenecía. Así recibían el bebé de la persona encargada de conseguirlo, que podía ser de cualquier perfil. Sin embargo, es importante destacar que casi siempre había religiosos involucrados.

Casos cerrados por falta de evidencia

Lamentablemente, la mayoría de los casos de niños robados que llegan a Fiscalía terminan cerrados. Desde 2011 hasta 2021, hubo 2.138 demandas de las cuales 526 llegaron a juicio; pero los juzgados usaron prescripción de los hechos. Del total, apenas un caso sigue aún abierto en la actualidad. Mientras tanto, muchos siguen en busca de pruebas que avalen su demanda y en busca de sus familias de manera independiente